sábado, 17 de febrero de 2007

COSITARICA

Vemos en Cosita Rica una de las tantas y manifiestas acciones del gobierno opositor, del adversario, en crear una opinión o “matriz de opinión” pública capaz de odiar subliminalmente la autoridad, el gobierno, el Estado, y todo lo que signifique jerarquía. Ellos apuestan al caos porque no saben vivir ordenados. Porque el orden de ellos se llama Mercado y el desorden de ellos se llama Pueblo.

Vemos en Olegario un moreno escuálido cyberclon del líder popular que porque es un incontinente verbal y echón caraeindio y venido de abajo un tierrúo y por AZAR oígase bien, por azar (llamado pueblo), llegó al poder como civil después de fracasr un golpe militar en el 92, a ser el jefe de la empresa o nación o pdvsa. Vemos cómo perfilan un líder popular estigmatizándolo a través de un Olegario bribón. Un “vivo” con humor. Un carroñero y dueño de la ciudad...

Lina Ron es la Chata que tiene un hijo “cobrapeaje” o malandro que preña a la hija del policía de barrio, hermana menor de Cacique, personificación del protolíder que está emergiendo (al estilo de los López, Borges, Hernandez) disfrazado de buhonero. Hermana menor de la protagonista, Cosita Rica; por ahora enamorada del colombiano Cosito Rico, que representa al liderazgo clásico, tipo Uribe burguesito incursionando en barrios populares, educado en Harvard, al estilo de Toledo en Perú, y heredero “natural” de la empresa. Sólo que por ahora se le montó el “negrito” en el medio.

Vemos en el estilo y forma de ser de los personajes a fieles manifestaciones de un odio tremendo al presidente de Venezuela y otra vez se encuentra un medio utilizando un formato (la novela televisada) para infundir temor, odio, exclusión, enfrentamiento, división, oposición y rivalidad. Todas las características que tiene el “adversario” por naturaleza. Aquel que se opone siempre busca al mal por apoyo terminando esclavo del mismo.

Cosita Rica es una novela para la clase de venezolanos que añoran la IV república. Es una novela de la IV. Una novela novela de Cuarta. Polarizados como están Cosito Rico y Olegario, deducimos en las caracterizaciones reales al clon inverosimil de un Carmona mezclado con Fernandez y Hernandez y un toquecito de Ortega, Cova y la sonrisa de Orlando Urdaneta. Orejas de Napoleón Bravo y así el clon de la Oposición lo representa Cosito Rico.

Patriamía, otro personaje femenino que interpreta una mujer morena perfilada y de origen humilde que se ve enredada con un tipo de clase media con problemas matrimoniales y una del divorcio.

Otra entrada del burguesito al barrio. Otra mirada a la unión entre burgués y proletario, matrimonio “duro de roer”. Patriamía está malcasada con Diómedes cuyo nombre sintetiza su personaje: “lo que dios me de”, uno que vive del “oportunismo” reinante en nuestro tercer mundo. Su lema viene prestado de “Por estas calles” con aquel “como vaya viniendo vamos viendo” lapidario. Caracterización del tercermundismo ahora globalizado.

El contexto da para interponer un personaje doble femenino que compite con el clon de Brasil orientado hacia la política local. Este clon femenino vuelve a mezclar las clases socioeconómicas con una perversión desenfrenada. Mariasuspiro y su hermana representan el rostro que se mira a si mismo de lo femenino: la cara pobre es la que rechazamos. El juego de sombras al estilo “goya” no puede engañar a quien tiene ojos para ver. Esta simplificación de Narcizo habla de la vanidad femenina en Venezuela.

Cacique y el burguesito son una y otra cara janica de la psicología del hombre joven en venezuela enamorado de su “jeba” y capaz de todo por ella. Una pasión que lleva al crímen.

Maríasuspiro y Verónica son una y la misma cara de la mujer jóven en venezuela dividida entre el amor y la hipocresía. Cambian los escenarios pero es el mismo corazón, finalmente el juego entre espejos señala una pasión por la aparición y el deseo de ver y dejarse ver: el placer de aparecer y ser visto.

Toda la mediocridad de nuestra cultura vienen sintetizadas de manera alevosa en esta reciente novela de Venevisión atacando desde la plataforma de la comunicación social al gobierno. Nunca antes se había visto tanta creatividad a la orden del adversario. Parece mentira que tanta gente muera sin darse cuenta para quien trabaja de verdad.

Cosita Rica y Patriamía vienen de abajo y suben de escalón gracias a sus amores con hombres que provienen de este estrato social. Diómedes y Galán son símbolos de la oposición que en otro plano y contexto están Olegario y Diego.

Tanto el conflicto que viven Dulce y el hijo de la Chata embarazados, como el quijotezco plan bufónico que representan Pegao y su amigo del alma escenificando el lado miserable del tercermundo. Dulce es hija del policía honesto padre de Cacique que vive la doble existencia de un doble discurso escenificado en un clon femenino por Verónica/Maríasuspiro clon que unifica dos opuestos: rico y pobre femenino.

Mamásanta es una ciega que ve todo, hasta lo que no ve nadie. Ella prefiere a Diego que a Olegario. En este momento vivimos la metamorfósis de Mamásanta en Abuelasanta porque su Dulcesita se volvió nuera de la Chata. Chacón, su marido salió a matar al malandro.

En Porestascalles el mismo personaje representaba a un policía “justiciero”, que se tomaba la justicia por su lado. El hombre de la etiqueta. Todo esto no deja de ser subliminal. Utilizar no sólo los personajes que vienen maquillados y revestidos de una “moderna” actualiadad pero que persisten en sus rostros. Frankling Wirgues ahora es Olegario. Lo demás es fácil ver cómo “cortaron y pegaron” para lograr lo que llaman novela, pero que en realidad es propaganda contra el gobierno.

Cuando la cultura se define y marca una posición ideológica determina su esencia como instrumento del espíritu de un colectivo, de una nación, la que mantiene ese aservo cultural, esa identidad racial. Cuando una cultura se propone defender la impunidad entonces su ideología es la del enemigo. Aquel que adversa eternamente. Aquel cuyo discurso sirve para confundir.


La IV república aparece como gobierno paralelo y a la vez apéndice del Nuevo Orden Mundial que encabeza un alcóholico y fanático sectario hijo de un hijo de puta. Y como hijo de tigre sale rayao no es extraño que tengamos que darnos cuenta cómo se administra el dinero del Plan Colombia para las Américas: a través de un financiamiento exclusivo a los medios de comunicación masivos. El IV Poder: los medios son utilizados por el nuevo orden mundial para fabricar “opinión pública” que sirva a los intereses del mundo neoliberal, globalizador y satánico. Todo bien asimilado al arquetipo del adversario.

Cosita Rica representa a un sector de la sociedad venezolana que experimenta una gran frustración al no poder establecer puentes reales con otro sector de la sociedad venezolana no menos digno e importante. Resulta que este último sector tiene como precedente histórico la exclusión.

Desde 1999 existe en Venezuela una constitución que en su artículo 2 reza: “Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y, en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.”

Cosita Rica no valora al momento cuando los excluídos toman el poder y lo enmascaras dentro de una fantasía tropical que repite algo más o menos de Porestascalles. Sólo que Chávez no es CAP. Cuando los jovenes venezolanos se enteren de que Cositarica es una plataforma política desde donde se cuestiona y critica alevosamente y dicriminativamente tanto al gobierno como a la esencia del ser venezolano. Con nombrar un ejemplo nos basta: el único negro de la novela es gago y malandro ¿no es esta una muestra de vulgar racismo?

De Eloína a Patriamia vemos una estructura que Venevisión viene desarrollando desde una plataforma mediática. Es lo que en resumen vemos en la escena del rico acercandose al pobre. Esto sólo es posible en las novelas que intentan descifrar algo. En la reunión de la Coordinadora cuando la ctv Ortega se alía con Fedecámaras vemos a un sector excluyente de la clase trabajadora: aquel sector reposero y partidocrático, o sea del fascismo nuestro de derecha: reaccionario y excluyente: proyanki y vendepatria, porque no tienen.

De Porestascalles al Porahora es como decir la guerra mediática que los canales privados tienen contra el gobierno como anárquica plataforma que genera el caos. Siempre hemos pensado que una entropía negativa rige la secuencia histórica del escualidismo radicalizado en la etapa preelectoral. La novela latinoamericana sirve como instrumento de coacción y manipulación de las masas deprimidas y angustiadas por el plan desestabilizador que tenemos por décadas.

El liderazgo latinoamericano se encuentra en un momento de profunda metamorfósis. Los cuadros emergentes saben que la juventud está informada en casi todas partes. Lo que no está es uniformada. El plan desestabilizador mundial tiene como meta el desorden para venir a decir: “bueno, ahora nosotros arreglamos esto”. Y destruyen un continente como el africano. Es increíble que ante la eminente transformación que significa vivir bajo nuevos paradigmas no nos hayamos dado cuenta de que contamos con un cuerpo de normas que regulan nuestro comportamiento en sociedad como en privado. Nuestra constitución expresa de manera transparente el perfil del nuevo liderazgo nacional. Alguien que hace suyo el discurso plasmado en la Carta Magna, pero va más allá. Integra en su quehacer cotidiano el espíritu de la misma: este es un revolucionario.

Cositarica es una ventana por donde se ve lo malo de chávez que no es otra cosa que lo malo de cada uno de nosotros mismos. Chávez es una muestra del liderazgo latinoamericano emergente. Luego vino Lula, y después Kirchner. Lagos, se cuadró con la derecha, como el MAS aquí. Como Bandera Roja de la ultraizquierda cuadrados con el tradicional enemigo. Cositarica es la mezcla del barrio y la quinta. Es la danza con la muerte, es el reflejo de un diálogo de ciegos, sordos y mudos ante el espectáculo mundial de que la mayoría reclama y ya no lo hace en un tono pasivo. La realidad es que se acabó la cositarica: la Costa Rica de los exiliados del régimen de turno en medio siglo de partidocracia o cogollocracia que es una forma arcaica de caudillismo degenerado de la IV república que se traslada hacia la V como esa sombra nefasta que en cada ciclo genera el necesario caos para que exista orden. La guerra mediática no es menos mortal y siniestra que la que producen balas y explosivos y minas en los campos de batalla y en los que perecen civiles. Esta multitud de conflictos que muestran un mundo parcializado por una opinión que cocinan centros como CNN, CBS,UPI, EFE, agencias de noticias como la CIA,FBI,KGB,INTERPOL,DEA, agencias de inteligencia de Estado.

Dixón, hermano menor de Cositarica enamorado de Dulce, enamorada del malandro que Chacón quiere matar y es hijo de la Chata, personificación de Lina Ron, líder y punta de lanza femenina del chavismo, hoy precandidata a Alcalde por el MVR, digo Dixon, un personaje que muestra a la inocencia, hijo de Patriamía, que se entrega a la musa (dulce), que lo ve cual niño pequeño; cuando ya él se ha despertado en el la pubertad y el odio, así vemos al hijo de Patriamia consumirse en odio. La hija de Mamasanta preñada por el hijo de la Chata (Lina Ron) tiene de enamorado al hijo de Patriamia.

La polaridad rico/pobre es desdoblada en Verónica/Maríasuspiro en el plano femenino. Pero lo es también en Diego/Olegario y en Diómedes/Galán y de alguna manera se traslada a otro plano de pobreza y riqueza en Dixon/hijo de Chata frente a Dulce. A nadie debe sorprenderle los nombres utilizados en cada personaje. Cada uno representa algo más que lo que nombra, sea un ícono, sea un arquetipo. Roberto/Cacique frente a Verónica/Maríasuspiro figuran la realidad frustrante que viven las parejas tercermundistas de cara a sus más íntimos valores. El rico tiene nombre, el pobre apodo. El mundo de los ricos desea globalizar el hambre como forma de esclavización y chantaje. Comercian con la enfermedad desarrollando las medicinas en una sola región del planeta y distribuídas a todas partes. Supuestamente Dixon sería la nueva democracia venezolana, una Venezuela privada “hijo de Patriamia”, privatizada y poseída, subyugada. Busca casarse con la hija de Mama santa, ciega esposa del noble policía que vive en un barrio de malandros, y cuya hija quedó preñada de uno de ellos, especialmente del hijo de la Chata que es el títere de Lina Ron, líder político oficialista.

Dixon habla por el futuro de una manera neoliberal y venezolana de vivir, como “si nada pasara” y entregando el país y sus recursos y riquezas al dios mercado. No es un nombre criollo como Antonio, sino Dixon como Nixon. Unico presidente norteamericano apedreado subiendo de La Guaira para Caracas. Es el Lopecito, alcalde. Es Peñita, alcalde. Es Mendocita, Gobernador. Es el pollo, gobernando. Es el maquiavélico Hernandez de pdvsa, es la china de la AN, es Liliana Hernandez, es la gente “joven” que tiene la Coordinadora como soldados enfrentando al monstruo de Olegario/Chávez.

Una opinión inducida por los medios masivos de comunicación social al servicio de una inteligencia antinacional, antipatriótica y antiamericana quiere convertir el pulmón del mundo en un infierno global. Otra opinión que nace de la confrontación diaria con la realidad se ordena en redes y comienza una política de gobernabilidad bajo un nuevo paradigma en donde la democracia es un valor no menos importante que la libertad y la igualdad, términos morales que excluyen la exclusión. Ninguno de estos términos puede ser exclusivo, “derechos humanos de la derecha”, porque desmerece entonces el nombre al que representa un valor, una virtud, unas función humanitaria.

Estamos ante un mundo en el que se invierten los valores porque habían sido adulterados con alevosía y premeditación. En una idea concreta la oligarquía peninsular transfirió a la criolla su veneno: dividir para gobernar. Pronto sabremos que hasta el mismo Bolívar fue utilizado por esa oligarquía criolla interpretando a la historia a su modo y conveniencia y al servicio de Londres y Washington, así como Bush y Blair y Aznar están hoy al servicio de Sion, el dios Mercado, el NOM, etcétera.


11 de Febrero 2004
Maracay
16:33

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