sábado, 17 de febrero de 2007

HUGO Y EL LOBO.

Cuando veo a Juan Fernández contar los segundos del paro preocupado por algo que está más allá del bien y el mal no puedo dejar de recordar, sin intensión de ofender a ninguna autoridad, al cura preocupado por la misa.

Juan se ha convertido en un cura de la desobediencia, es decir la plena y absoluta certeza de que chávez, sí en minúsculas, es un fenómeno anormal en Venezuela. No debería existir, pero, excusas, toses, hipos, pero existe. Juan es el eterno ocultador de la verdad, tras una apariencia de párroco, del buen ciudadano, del candidato, se esconde un loboferóz sí todo pegao. Juan no sabe que odiando al demonio más se lo atrae hacia sí convirtiéndose él mismo en un demonio o esclavo del diablo. Véanle la cara que pone frente al televisor. Y más cuando sabe que lo están observando, cambia su frente. Sus ojos son de un diablo que no es del trópico. Juan queda como en trance y los ojos parecen de un lobo endiablado. Siempre que se quite los lentes, no se lo pierdan, aparece el Lobo Feróz. No se confundan, no es Clar Kent.

Pienso en el Gallego, cuando en España estaría bebiendo vino aquí tiene que sacrificar el pellejo. Coño. Fiel reflejo de los portugueses, el Gallego los representa también. ¿Quién sino las panaderías son las verdaderas embajadas de Portugal en Venezuela? Así las cosas “oscarcito”... Un portugués me dijo que el creía que ellos, los que vinieron a Venezuela vinieron con un mal presagio ya. No venían de europa, venían realmente del Africa. Precisamente Angola donde triunfó la revolución que el Che llevó. Cuando lo vuelven a ver en las rojas banderas de las manifestaciones de los malandros, los portu como que se desvaneciesen. Ni se oyen ya las santamarías al cerrarse, cómo electrónicas ya están cerradas cuando las miramos. Los portu creen que trajeron de Angola un virus revolucionario. El Gallego, que los representa por una eventualidad del idioma y de la mentalidad, está seguro de que se puede combatir el virus, que él mismo bautizó “chávez”. La lucha es así alienígena.

Cual es nuestra apreciación: lo que parece es. No vamos a incurrir en el error de explicar lo inexplicable, no caigamos en la metáfora del no creo en esto ni en aquello, convirtiéndonos en pseudo rebeldes sin causa. Según la segunda ley de la termondinámica (la entropía) todo gira hacia su destrucción inexorablemente. Solo hace falta que algo tenga vida para que se oriente hacia su contrario. Esta fuerza cósmica y todopoderosa tiene como complemento de equilibrio una fuerza igual de poderosa que se llama neguentropía, capaz de reinvertir la dirección de la evolución hacia una involución no autodestructiva. Acorde con la armonía de la Tierra. Actualmente vivimos una fase dura dentro de la todopoderosa fuerza de la entropía. Los escandinavos representaban a esta etapa del ocaso de los dioses como un lobo que se tragaba al sol. Curiosamente hemos nosotros inocentemente identificado a Juancito como al Lobo y a Hugo como al León que en otros simbolismos es sinónimo del Sol. Así tendríamos en esta refriega entre el Gallego, Juancito y Sancho Panza, todos representando la triuna cara de CAP como tres letras tiene su nombre. Nadie duda que Caldera y CAP son una y la misma cara de Jano venezolano de la Cuarta. Que ambos se prestaron para la rapiña. Vivimos una época en donde los Juicios tendrán mucha mayor importancia que antes. Todo nos orienta hacia la Justicia.

Venezuela no es escandinavia y aquí Hugo, el León se tragará al Lobo con su fuerza y su bocaza. Aquí vivimos en la Tierra del Sol o lo que es lo mismo la tierra del León. Si se fijan bien verán que Caracas fue fundada un 25 de Julio de 1567 y tiene como símbolo en el escudo un León. Leo y León Caracas está emparentada espiritualmente con el signo Leo. Bolívar es el que inicia la serie de Padres de la Patria, Leones en mayúscula de Venezuela. Bolívar, Gómez y Chávez. Los tres Leones que rinden culto a los dioses tropicales. Rinden honor a la tierra que les dio la vida. La gloria es sólo uno de los premios recibidos. Mucho más importante fue el amor en ellos. Estamos soportando el aliento del loboferóz, pronto vendrá la espada de Hugo. También en el Ramayana se nos aparece RAM con cuerpo de León, y en Grecia conocimos a Herákles.

Venezuela está signada por la radiación venusina del rayo verde. En la palabra que es su nombre, digna de recordarse la historia u origen del mismo. Rosenblat escribió un pequeño librito iluminador. Luego, es cierto que fonéticamente se liga a venecia. Ciudad de lagos, canales, palafitos. La sangre de Urano, dios del cielo, la Belleza se ha encarnado en Venezuela. De aquí salen las mejores formas que el sol ilumina y expone al universo.


Hugo sin embargo aparece como solitario, silbando cruza los caminos y distingue al pajarito que también canta desde la rama del árbol en el camino. Juancito ya no es más un niño, ahora es el loboferóz, pero Hugo no le tiene miedo. Tiene puestas las botas de 7 leguas. Matará al Lobo con un bate del juego de pelotas, será un home run.

Ya nadie contará los segundos de ningún paro más. El cronómetro verdadero está en el corazón de cada venezolano. Y la justicia deberá manifestar su poder sobre los encontrados culpables. Comenzará una batalla legal, los tribunales serán los campos de esta batalla. Explotará la vena justiciera del venezolano.

Luchamos contra un enemigo que está infiltrado en todas las plataformas y niveles existentes, por eso contamos con un cronómetro interno, es nuestra capacidad de asombro, nuestra alma ya sin yo, nuestro sentimiento, nuestra imaginación, nuestro juicio. Hugos somos todos, loboferóz no.

16 de enero de 2003
17:10 horas.
Maracay.

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