sábado, 17 de febrero de 2007

FLORA TRISTAN

Antes y después de perder a su propia Teresa, el Libertador había conocido a otra Teresa, casada con su amigo peruano y residente en París. Eran buenos amigos y confidentes. Mientras él estuvo en Venezuela, ella tuvo una hija llamada Flora. Luego vino la desgracia para el héroe, perder su amor, presenciar la desaparición de su esposa. Entonces apareció nuevamente la otra Teresa, la amiga, la francesa. Algo había en esta amistad que pudo hacer pensar a muchos que aquella Flora podría ser hija de nuestro padre espiritual Simón Bolívar. Cuando Bolívar murió a los 47 años, Flora Tristán ya andaba en las suyas. Si no recuerdo mal andaba reclamando en Perú la herencia de su padre. Fortuna que siempre codició pero nunca tuvo. Y fue entre otras cosas esta frustración personal la que dio a luz a la madre del socialismo aun no reconocida. Ella fue la que por la furia contra el destino, se identificó con los obreros, los más desprotegidos, los descamisados, el lumpen. Fue ella quien identificó en el obrero al sujeto de las novísimas revoluciones y por ende transformaciones colectivas mundiales y no se equivocó al respecto. Flora luchó contra un sistema esclavista femenino, y dio a luz una respuesta que aún hoy sigue viva mas allá del género humano unificando el grito por la justicia y la libertad. ¿Cuántas mujeres de nuestro alrededor saben quién fue Flora Tristan? Cuando la historia señala a la vida del Libertador ligada a la vida de esta mujer excepcional, nos quiere decir algo importante que esconde este pasaje. Muchos pretenden olvidar que fue ella la madre del “proletarios del mundo uníos” que Marx y Engels plagiaron en su Manifiesto Comunista. Unión Obrera se llamó el libro que consagró a esta hispana del siglo XVIII con mentalidad francesa postrevolucionaria. Ella fue la que viajó en barco hacia Perú y describió en una novela toda las peripecias de su frustrado objetivo, la herencia de su padre noble. Dinero que nunca obtuvo, y lo que obtuvo lo perdió publicando el libro que señalaba a su tío Pío como arquetipo de la corrupción latinoamericana. Desde entonces se vuelve fanática de los obreros, pobres y marginados del sistema. Y ataca, y propone ideas, leyes, formas de solucionar el atropello, la falta de justicia en su época. Flora se viste de hombre para entrar a la Asamblea Nacional. Busca en el obrero el caballo de Troya y lo consigue. Desde esa base proletaria inicia un cambio que como digo no ha parado todavía. Los derechos de igualdad entre los sexos, el derecho al trabajo fueron defendidos primariamente con su prédica revolucionaria. Fue ella quien tuvo tres hijos, y de la hembra tuvo al pintor universal Gauguin por nieto. Muchos piensan que Bolívar tiene que ver en el nacimiento de esta niña nacida el 7 de abril del ochocientos. El hecho es que ahora se me cruzan en la memoria estas dos imágenes del héroe Latinoamericano, padre de las naciones y espíritu guía de un colectivo de naciones, y de la mujer que arremete contra la injusticia y reivindica el derecho a vivir en justicia, soberanía y libertad.

Muere el Libertador y Flora sigue con su protesta inigualable. Publica libros y se expande en toda Francia declarando su visión del mundo y vendiendo su Unión Obrera. El derecho a la educación y a las salud, el derecho al voto, la igualdad entre los sexos y el trabajo, la lucha contra la impunidad y contra la violencia intrafamiliar tienen en Flora su precursora. Es verdaderamente una lástima que una visión fascista de la historia tenga por olvidada a esta mujer misteriosa y no podamos traerla del río del olvido. Teresa su madre, fue íntima amiga del Libertador. ¿No habrá transmitido el fuego solar, el héroe, a esta niña por nacer? La vida es verdaderamente misteriosa, y cuando más creemos conocerla más cosas se nos escapan y perdemos la perspectiva de ella. Es hoy un hecho triste e injusto que se tenga en el olvido a esta mujer con sangre sudamericana y clave revolucionaria en la historia universal, recordemos que antes que Evita está Flora, y claro que está Manuelita, Luisa Cáceres, y muchas otras antes que Flora y Evita, unas y otras pueden reencarnarse, una puede ser la encarnación dialéctica de la otra, pero lo que es cierto es que Flora está castigada impunemente con el olvido y nosotros venimos a rescatarla bajo el sol revolucionario de la Venezuela bolivariana y socialista. Quizá estas líneas contribuyan a que su biografía se conozca mejor y se difunda su historia real como su pensamiento y su lucha socialista por un mundo más justo y digno. Era una mujer del XVIII y nadie va a cambiar este hecho. Nosotros pensamos es que también es una mujer del XXI.

Por último, quisiéramos advertir que si bien Flora abogó por un socialismo primitivo, es necesario rescatarla del olvido actual; revisar que Engels utilizó parte de su obra para redactar la suya propia sin citarla, que usaron expresiones de ella literales como la de “proletarios del mundo uníos” para su Manifiesto Comunista, y necesario es también saber que la misma mujer fue también abuela del pintor neo-impresionista francés Gauguin y eterno viajero por el mundo nacido el 7 de Julio de 1848 que tuvo que exiliarse con toda su familia al Perú después del golpe de Estado de Napoleón III. Habrá que tener mucho cuidado con la novela de Vargas Llosa sobre estos dos personajes extravagantes con sangre latinoamericana. Porque el escritor peruano defiende una ideología contraria al clamor revolucionario de nuestras naciones que van hacia el socialismo del siglo XXI. Habrá que leer profundamente “El paraíso en la otra esquina” y descifrar la ideología que está detrás del escritor. Nosotros queremos ver en Flora una de las precursoras de la utopía socialista en lo político y en su nieto alguien que pudo vindicar la estética de la utopía. Y ante todo deberá notarse la pasión con que ambos vivieron sus ideas y principios fundamentales.

Todos los 7 de abril debería celebrarse el día de la lucha emancipadora de la mujer en el mundo. Y por extensión el día de la lucha obrera, de la unión obrera en realidad, y hacer homenaje a su fundadora. Debemos apreciar la obra de arte de su nieto teniendo en cuenta la lucha revolucionaria que ella manifestó tener, y la amistad íntima de su madre Teresa con Simón Bolívar para poder comprender la trascendencia de su personalidad orientada hacia lo universal.

13-11-2002
09:40
Maracay

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